Con el corazón latiéndole fuerte, decidió que era hora de explorar sus límites.Una excitación prohibida la invadió al sentir las cuerdas en su piel.Un vibrador con mando a distancia esperaba su turno, la promesa de orgasmos incontrolables.Su clítoris vibró con cada pulsación, una oleada de calor se extendió por su cuerpo.Jadeos escapaban de sus labios mientras se entregaba al éxtasis.Era un orgasmo que la dejaba sin aliento, poderosa y vulnerable a la vez.Luego el éxtasis se desvaneció, dejando una dulce calma y un deseo persistente.